jueves, 4 de agosto de 2011

Los Huesos y musculos

  Indice
1. Introducción

2. Las Articulaciones
3. Enfermedades de los Huesos
4. Enfermedades de los Músculos
5. Conclusión
6. Bibliografía

El cuerpo del adulto humano esta formado por 206 huesos aproximadamente, los cuales son rígidos y nos sirven para proteger a los órganos blandos de nuestro organismo. Los huesos están formados en su mayor parte por calcio, y a su vez ayudan al equilibrio de éste (homeostasis).

Los huesos forman el esqueleto, el cual se divide en dos:
- Esqueleto Axia = formado por el cráneo, huesos faciales, costillas, esternón, y columna vertebral.
- Esqueleto Apendicular = formado por la cintura escapular, los huesos de las extremidades superiores e inferiores, y por la cintura pélvica.
Los huesos también son afectados por diversas enfermedades, las cuales daremos a conocer a lo largo del trabajo, al igual que la de los músculos.
Los músculos son caracterizados por su capacidad para contraerse, por lo general en respuesta a un estímulo nervioso. La unidad básica de todo músculo es la miofibrilla,
estructura filiforme muy pequeña formada por proteínas complejas.
Son zonas de unión entre los huesos o cartílagos del esqueleto. Estas se dividen en tres grandes grupos: las móviles o sinoviales, las fijas o fibrosas, y las cartilaginosas.

Sinoviales
Las
articulaciones sinoviales permiten realizar una amplia gama de movimientos, y a su vez las sinoviales están envueltas por una cubierta deslizante llamada "sinovia".
Las sinoviales a su vez se dividen en subarticulaciones:
Articulaciones de bisagra: Permiten efectuar movimientos que nos permiten inclinarnos y erguirnos, en conclusión hacer movimientos de bisagra. Ej.: el codo, la rodilla, los nudillos.
Deslizantes: Nos permiten realizar movimientos en todas direcciones, debido a que las superficies óseas opuestas son planas o ligeramente curvas. Ej.: huesos de la columna, muñeca, y los tarsos.
Pivotantes: Todas las pivotantes son tipos especiales de articulaciones de bisagra, y se caracterizan por girar en
torno a un eje. Ej.: articulación del cuello, el codo, base craneal, entre el húmero y el cúbito. La pivotante del cuello permite voltear la cabeza, y la del codo permite torcer el antebrazo.
Esféricas: Tienen forma de bola y receptáculo, y se caracterizan por el libre
movimiento, y en cualquier dirección. Ej.: cadera, hombro.
Fibrosas
Estas articulaciones no tienen sinovia, y los huesos están unidos por un tejido resistente y fibroso que les permite muy poco, o ningún, movimiento. Ej.: las de la espalda, el sacro, cráneo, algunas del tobillo, y pelvis.
Pero las articulaciones de la columna no son del todo inmovibles, ya que son lo suficientemente flexibles como para permitir algún movimiento y mantener su papel de soporte de la columna vertebral.
Cartilaginosas
Este tipo de articulaciones se forman entre el hueso y el cartílago, y debido a que el cartílago es flexible, realizan movimientos sin necesidad de la sinovia.
Ej.: entre las costillas y el hueso del pecho.
Contracción Muscular
Los músculos estriados están constituidos por un gran número de
células o fibras musculares, que si bien tienen un calibre muy pequeño (10-100 micras), pueden llegar a tener una gran longitud (hasta 3 cm.). Cada fibra muscular contiene varios cientos o millares de miofibrillas. Cada miofibrilla tiene a su vez filamentos de actina y miosina (moléculas de proteína) que se interdigitan a lo largo de toda la fibra muscular, motivo por lo que se aprecian bandas o discos claros y oscuros que se alternan. Los filamentos de actina pueden deslizarse entrando y saliendo de los espacios existentes entre los filamentos de miosina, produciéndose así la contracción y la relajación.


3. Enfermedades de los Huesos
Osteoporosis
Es una enfermedad que afecta directamente al hueso, y se caracteriza por una disminución de la masa ósea; los huesos afectados son más porosos y se fracturan con más facilidad que el hueso normal. Son frecuentes las fracturas de muñeca (
radio), vértebras y cadera, aunque puede aparecer en cualquier hueso. Las mujeres de raza blanca son las más susceptibles de padecer la enfermedad.
Otros factores de
riesgo pueden ser la inadecuada ingestión de calcio, actividad física insuficiente, ciertos medicamentos (como los corticoides), o antecedentes familiares de osteoporosis. La forma más frecuente de la enfermedad es la osteoporosis primaria; se refiere a la osteoporosis postmenopaúsica, o por déficit de estrógenos (Tipo I) que se observa en mujeres cuyos ovarios han dejado de producir hormonas (estrógenos).
Otros tipos pueden ser osteoporosis relacionada con la edad (Tipo II), que afecta a las personas mayores de 70 años, y la osteoporosis idiopática, enfermedad poco frecuente, de causa desconocida, que afecta a las mujeres premenopaúsicas y a los hombres jóvenes o de mediana edad.
La osteoporosis secundaria puede estar causada por inactividad debida a parálisis u otras causas como la ingravidez espacial; enfermedades endocrinas y nutricionales, tales como la
anorexia nerviosa; enfermedades específicas y ciertos medicamentos. La prevención y el tratamiento de la osteoporosis incluyen la administración de estrógenos, progesterona o ambos, en mujeres postmenopaúsicas, suplementos de calcio y otros nutrientes, ejercicio y nuevos fármacos como la calcitonina.


Raquitismo
Enfermedad producida por un déficit nutricional, caracterizada por deformidades esqueléticas. El raquitismo está causado por un descenso de la mineralización de los huesos y cartílagos debido a niveles bajos de calcio y fósforo en la
sangre. La vitamina D es esencial para el mantenimiento de unos niveles normales de calcio y fósforo. El raquitismo clásico, enfermedad carencial de la infancia caracterizada por desarrollo inadecuado o fragilización de los huesos, está producido por una cantidad insuficiente de vitamina D en la dieta, o por ciertas enfermedades que impiden la asimilación de las sales de calcio por la eliminación excesiva en el riñón de calcio y fósforo o por radiación ultravioleta solar insuficiente, lo que bloquea la conversión en la piel de 7-dehidroesteroles, tales como ergosterol y 7-dehidrocolesterol, que originan las vitaminas D2 (ergocalciferol) y D3 (colecalciferol) respectivamente.
En adultos, la deficiencia de vitamina D se manifiesta como osteomalacia (reblandecimiento de los huesos), trastorno debido a la mineralización inadecuada del hueso. En los
niños existe un fracaso adicional de la mineralización del cartílago de crecimiento en los extremos de los huesos. El hueso nuevo inadecuado es propenso a deformarse. El tipo de deformidad esquelética depende en gran medida de la edad del niño cuando se produce la deficiencia de vitamina D. En general, se deforman los tobillos y las muñecas y aparecen abultamientos en las costillas formando el llamado rosario raquítico; la cabeza se agranda y el tórax se estrecha. Un niño que todavía no ha aprendido a andar desarrolla deformidades vertebrales, mientras que un niño que ya anda las desarrolla en las piernas. El sistema nervioso también sufre alteraciones, los niños afectados son irritables, tienen dificultades para dormir y presentan sudoración excesiva. Las alteraciones producidas en los músculos provocan el abultamiento del vientre, característico de esta enfermedad.


Luego de haber realizado ésta investigación acerca de los músculos y los huesos, nos podemos dar cuenta que aunque nosotros los veamos como partes comunes de nuestro cuerpo, en realidad nos son de bastante utilidad desde el día en que nacemos. Ambos (músculos y huesos) van tremendamente unidos, ya que si llegase a fallar alguno de los dos, el otro quedaría inutilizable. Esto se debe a que el esqueleto, formado por huesos, nos permite tener movilidad y éstos son accionados por los distintos músculos que hay en nuestro cuerpo.